Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) fue uno de los introductores de la Vanguardia Literaria en España. Su vida y su obra, como muchas veces se ha dicho, es una muestra de ruptura contra las convenciones establecidas. De su abundante obra, en la que se incluyen novelas, ensayos y teatro, destaca un género que él creó al que llamó la GREGUERÍA. Estas son composiciones breves en prosa (normalmente una frase) en las que el autor hace comentarios ingeniosos y humorísticos sobre asuntos muy dispares de la vida. Gómez de la Serna definió la greguería como “metáfora+humor”, y en cierta medida estas composiciones manifiestan una intención de romper con la imagen literaria tradicional, sugiriendo otro tipo de conexiones más creativas y sorprendentes.
Pienso que lo que es interesante de su mente prodigiosa, es como creó tantas y tantas frases cortas, llenas de originalidad, diversión o sabiduría. Mucha gente no sabe que tuvo una gran influencia en Luis Buñuel.
Greguerías
- Como daba besos lentos, duraban más sus amores.
- Los rosales son poetas que quisieron ser rosales.
- Donde el tiempo está más unido al polvo es en las bibliotecas.
- A veces un beso no es más que un chicle compartido.
- Un chino inventó al gato.
- La bufanda es para los que bufan de frío.
- La reja es el teléfono de más corto hilo para hablar de amor.
- El langostino huele a todo el mar.
- Los botones flojos son llanto de botones.
- Si vais a la felicidad llevad sombrilla.
- Nerviosismo de la ciudad: no poder abrir el paquetito de azúcar para el café.
- Amor es despertar a una mujer y que no se indigne.
- Daba besos de segunda boca.
- Escribir es que le dejen a uno llorar y reír a solas.
- Cuando se vierte un vaso de agua en la mesa se apaga la cólera de la conversación.
- Los ladrillos saben esperar.
- Las palmeras se levantan más temprano que los demás árboles.
- Soda: agua con hipo.
- La morcilla es un chorizo lúgubre.
- El hielo se ahoga en el agua.
- Con el monóculo, el ojo se vuelve reloj.
- Nutria: una rata con gabán de señora.
- Los ríos no saben su nombre.
- Las latas de sardinas se abren con ganzúa.
- El primer beso es un robo.
- La mecedora nació para nodriza.
- Los haikai son telegramas poéticos.
- Por los ojos del caballo se asoma la noche al día.
- Los auriculares son las gafas ahumadas de los oídos.
- Al caer la estrella se le corre un punto a la media de la noche.
- Venecia es el sitio en que navegan los violines.
- El reloj es una bomba de tiempo, de más o menos tiempo.
- El reloj del capitán de barco cuenta las olas.
- Cuando una mujer te plancha la solapa con la mano ya estás perdido.
- Trueno: caída de un baúl por las escaleras del cielo.
- Carterista: caballero de la mano en el pecho… de otro.
- El capitalista es un señor que al hablar con vosotros se queda con vuestras cerillas.
- Después de ayudar a pasar la calle al ciego nos quedamos un poco ciegos e indecisos.
- Era tímido como un perro abajo de un carro.
- Muelle: rúbrica del acero.
- El cometa es una estrella a la que se le ha deshecho el moño.
- La B es el ama de cría del alfabeto.
- Los tornillos son clavos peinados con la raya al medio.
- Cuando la mujer pide ensalada de frutas para dos perfecciona el pecado original.
- Las primeras gotas de la tormenta bajan a ver si hay tierra en que aterrizar.
- El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero.
- Las alpargatas tempraneras pasan dando bofetadas al suelo.
- En la manera de matar la colilla contra el cenicero se reconoce a la mujer cruel.
- El Coliseo en ruinas es como una taza rota del desayuno de los siglos.
- El arcoiris es la cinta que se pone la naturaleza después de haberse lavado la cabeza.
- Aquella mujer me miró como a un taxi desocupado.
- La pregunta más inquietante de los bancos: “¿Llegó ya el cajero?”.
- Los grandes reflectores buscan a Dios.
- Las rosas se suicidan.
- Sólo el gabán de pieles se acuerda de los perfumes idos.
- Lo que más denigra al perro –y él lo sabe– es el rascarse la cabeza con la pata de atrás.
- El olivo siempre tiene cara de haber dormido mal.
- La ametralladora suena a máquina de escribir de la muerte.
- La lagartija es el broche de las tapias.
- Conferencia: la más larga despedida que se conoce.
- El sillín del piano es el sacacorchos del concierto.
- Tocaba las llaves que llevaba en el bolsillo para llegar más pronto a su casa.
- Carrete: tapón del hilo.
- Motocicleta: cabra loca.
- En cuanto se abre la rosa comienza a dictar testamento.
- En el billete de ida y vuelta tememos que nos perforen la vuelta en vez de la ida, obligándonos a volver al revés, comenzando por ir otra vez para poder volver de nuevo.
- La ü con diéresis: dos íes siamesas.
- Todos los pájaros son mancos.
- Después de la emigración no queda más que la transmigración.
- Las flores que no huelen son flores mudas.
- Hay matrimonios que se dan la espalda mientras duermen para que el uno no le robe al otro los sueños ideales.
- Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.
- La escalera de caracol es el ascensor a pie.
- La sandalia es el bozal de los pies.
- Los recuerdos encogen como las camisetas.
- Hablar por teléfono: fumar en pipa por el oído.
- El ladrido es el eco de sí mismo.
- No se debe tomar la sopa con ruido de estarse lavando la cara.
- El 6 es el número que va a tener familia.
- Al calvo le sirve el peine para hacerse cosquillas paralelas.
- Las bellotas nacen con huevera.
- El lápiz sólo escribe sombras de palabras.
- La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.
- El perchero está enojado porque no lo sacamos de paseo.
- Búho: gato emplumado.
- El murciélago vuela con la capa puesta.
- El mar sólo ve viajar: él no ha viajado nunca.
- Después del eclipse, la luna se lava la cara para quitarse el tizne.
- Hay quien se reserva para dar limosna a los pobres que haya a la puerta del cielo.
- El que despierta de la siesta al atardecer, nota que le han robado el día mientras dormía.
- Al inventarse el cine las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar.
- El primer sonajero y el hisopo final se parecen demasiado.
- Lo peor del golpe en la cabeza es la burla del chichón.
- El reloj no existe en las horas felices.
- Las pasas son uvas octogenarias.
- Al asomarnos al fondo del pozo nos hacemos un retrato de náufragos.
- Catálogo: recuerdo de lo que se olvidará.
- Los cuervos se tiñen.
- Lo más difícil que hace un jinete es sostenerse en la imagen de su caballo reflejada en el agua.
- La mosca se posa sobre lo escrito, lo lee y se va como despreciando lo que ha leído. ¡Es el más exigente crítico literario!
- Cuando el escritor ha llegado a la vejez, es cuando sospecha que el artículo que está escribiendo lo escribió ya otra vez.
- Un papel en el viento es como un pájaro herido de muerte.
- El agua no tiene memoria: por eso es tan limpia.
- Al cepillarnos, el cepillo nos dice algo en voz baja.
- Somos lazarillos de nuestros sueños.
- El operador telegráfico avisa a la otra oficina las tardes felices: “Sin novedad: Sólo hay una cometa enredada en la línea”.
- Al serrar una madera suena el pato que llevaba dentro.
- A las tijeras les sacaron los ojos otras tijeras.
- A las gentes les gusta recibir una invitación para días próximos porque así parece que tienen ya un derecho adquirido sobre el porvenir.
- El polvo está lleno de viejos y olvidados estornudos.
- El hormiguero es el calambre de la tierra.
- La raya del pelo es feliz.
- Después de usar el dentífrico nos miramos los dientes con gestos de fieras.
- Aburrirse es besar a la muerte.
- Si os tiembla la cerilla al dar lumbre a una mujer, estáis perdidos.
- En el vinagre está todo el mal humor del vino.
- El beso es hambre de inmortalidad.
- Hay camas de hotel en las que nos encontramos nuestras piernas del pasado.
- A los presos los visten con pijamas a rayas para ver si vestidos de rejas no se escapan.
- La cabeza es la pecera de las ideas.
- Al ombligo le falta el botón.
- En el río pasan ahogados todos los espejos del pasado.
- Lo más maravilloso de la espiga es lo bien hecha que tiene la trenza.
- Lo más aristocrático que tiene la botella de champaña es que no consiente que se la vuelva a poner el tapón.
- Los cocodrilos están siempre en pleno concurso de bostezos.
- La serpiente mide el bosque para saber cuántos metros tiene y decírselo al ángel de las estadísticas.
- En las grandes solemnidades llenas de personajes parece que hay algunos repetidos.
- El camello tiene cara de cordero jorobado.
- Los dulces finos son servidos en diminutos paracaídas.
- Sobre las hojas grises de los olivos gravita aún el polvo que levantaron los carros romanos y las diligencias.
- El café con leche es una bebida mulata.
- Franklin salía los días de tormenta con un paraguas dotado de pararrayos.
- Las patillas son los galones de sargento de la cara.
- Un centenario consiste en limpiar con un plumero el busto en yeso del centenariado.
- El que busca su tarjeta en la cartera y no la encuentra, parece que va a acabar por darnos un billete o un retrato suyo de cuando era niño.
- La palmera es el monumento al cohete.
- El musgo es el peluquín de las piedras.
- El sifón es el maniquí del agua.
- Para las estrellas siempre estamos en un abismo.
- Los negros son negros porque sólo así logran estar a la sombra bajo el sol de Africa.
- El ventilador afeita el calor.
- Lo malo de los nudistas es que cuando se sientan se pegan a las sillas.
- Abrir un paraguas es como disparar contra la lluvia.
- Las máquinas registradoras nos hacen la instantánea del precio.
- Es triste que el interior de los baúles esté empapelado de pasillo.
- Al repartir los puros el anfitrión, es como si premiase a los que se han portado bien en la mesa.
- Los bebés con chupete miran al fumador en pipa como a un compañero de cochecito.
- Los monos no encanecen porque no piensan.
- El calzador es la cuchara de los zapatos.
- La inmortalidad del cangrejo consiste en andar hacia atrás, rejuveneciéndose hacia el pasado.
- El timbalero es el cocinero de la orquesta, y tiene a su cargo dos paellas.
- En las cajas de lápices guardan sus sueños los niños.
- Los pedigüeños de mostaza son los que arruinan el negocio del restaurante.
- El tapón del champán es como una bala fracasada.
- Los bostezos son oes que huyen.
- El río cree que el puente es un castillo.
- Durante la tormenta es cuando hay que aprovechar para poner en hora los barómetros.
- El pequeño cacto solitario que han sacado al balcón es la nariz del señor de la casa puesta a orear.
- La bombilla que se funde nos gasta una broma de fotógrafo al magnesio.
- Tan grandes eran sus ojeras que parecían llevar antifaz.
- Aquel de los invitados que deja la copa de licor llena es el que más nos ha estafado.
- Una de las mayores maldades de la vida es tirar la cerilla encendida al agua.
- Las ranas se tiran al estanque como si se echasen al correo.
- El agua se suelta el pelo en las cascadas.
- La lava parece un cocodrilo que avanza.
- Debajo de un traje de terciopelo parece que la mujer va sin ropa interior.
- La F es el grifo del abecedario.
- Ballena se escribe con elle por los dos surtidores líquidos que lanza a lo alto por la nariz.
- Hay el especialista en pedir el único plato que se ha acabado en el menú.
- Al pobre botánico no le quedan sino las papeletas de empeño de los árboles.
- El niño intenta extraerse las ideas por la nariz.
- En el papel de lija está el mapa del desierto.
- Entre los carriles de la vía del tren crecen las flores suicidas.
- El apuntador es el eco antes que la palabra.
- El sombrero que vuela parece que se ha escapado con todas las ideas del que corre detrás de él.
- Como con los sellos de correo sucede con los besos que los hay los que pegan y los que no pegan.
- El espantapájaros semeja un espía fusilado.
- Cuando decimos “primo segundo” tenemos algo de porteros situando a un vecino.
- Los eclipses son la juerga de los astrónomos.
- Los pellizcos estrangulan lunares.
- Las cintas de señal de los libros están hechas con breteles de camisas femeninas.
- La X es la silla de tijera del alfabeto.
- Lo más terrible de nuestro libro de direcciones es que sacarán de él las señas de nuestros amigos para enviarles nuestra propia esquela de defunción.
- La W es la M haciendo la plancha.
- El colchón está lleno de ombligos.
- Lo que más duerme en la noche son las torres.
- Hay mujeres audaces y generosas que suben al tranvía dejando una pierna al acaso, como simiente de alegres piernas en el vivero de las paradas.
- ¡Qué gesto como de acordarse de alguien, de no se sabe quién, pone el que saborea una copa de licor!
- La mañana está llena de turistas buscando casas de cambio.
- El verdugo es igual al antropófago: los dos matan para comer.
- Tocar la trompeta es como beber música empinando el codo.
- El estornudo es la interjección del silencio.
- La mariposa posándose en todas las flores es la mecanógrafa del jardín.
- Los invernaderos son las cárceles modelos de las plantas.
- El caballo con la cabeza baja mientras pace parece estar leyendo el paisaje como un corto de vista.
- La ü con diéresis es como la letra malabarista del abecedario.
- El caracol siempre está subiendo su propia escalera.
- La bata de baño hace frailes a las mujeres, pero en seguida cuelgan los hábitos.
- El que juega dados parece tirar al aire los huesos que le sobran.
- Al leer los periódicos en el hall de los hoteles sospechamos que alguien les ha robado la noticia más interesante.
- El que no entrega el billete a la salida de la estación salva sus recuerdos de viaje.
- Las pulseras representan esclavitudes muertas.
- Hay cosas que quisieran ser otra cosa que lo que son. Así, el calzador hubiera querido ser sacacorchos.
- Los arcos de triunfo son elefantes petrificados.
- El obelisco es la palmatoria de los siglos.
- Los violoncelistas siempre están dando azotes a sus violoncelos.
- El desierto se peina con peine de viento; la playa con peine de agua.
- El violín colgado parece un pollo asado.
- No hay cosa que dé más rabia que el oír hablar a través de un caramelo.
- Los relojes de pared no descansan más que en las mudanzas.
- Lo malo de que llore una mujer es que después no querrá salir de paseo.
- El que pide un vaso de agua en las visitas es un conferenciante fracasado.
- Las manchas blancas que presentan las vacas en la piel oscura se deben al reflejarse las nubes sobre ellas.
- No hay nada que enfríe más las manos que el saber que nos hemos olvidado los guantes.
- El acordeón se toca abrochando y desabrochando sus botones de calzoncillo.
- El Creador guarda las llaves de todos los ombligos.
- La gasolina es el incienso de la civilización.
- Tenía orejas ideales para sostener el lápiz, y por eso hubo que dedicarle al comercio.
- En la noche helada cicatrizan todos los charcos.
- El hombre con polainas parece que tiene dolor de muelas en los pies.
- Perder un pañuelo es comprometerse en llantos ajenos.
- La lluvia sobre el estanque imita juncos de agua.
- Hay ventiladores que se sienten obispos y no hacen más que dar bendiciones a su alrededor.
- La larga cola de la novia es la vereda que conduce hasta ella al novio desorientado.
- Los relojes despertadores pueden llegar a producir taquicardia.
- ¡Qué tragedia! Envejecían sus manos y no envejecían sus sortijas.
- El león tiene altavoz propio.
- Los tábanos son borrones del aire.
- En la noche de los vagones solitarios vamos con dos mujeres: la nuestra y la que se refleja en el cristal.
- La lluvia en la madrugada es como lluvia en trenes o andenes.
- El pianista se calienta los pies en los pedales.
- ¡Qué partido saca el tenor de un bostezo!
- La i es el dedo meñique del alfabeto.
- Los negros tienen voz de túnel.
- Cuando el doctor escribe la receta nos mira una última vez para ver si pone una medicina de las caras o de las baratas.
- Lo mejor del sueño son las volteretas de pez que damos en su pecera.
- La mujer que después de la riña cierra su puerta por dentro, no temáis que se suicide. Se está probando un sombrero.
- No me gusta decir presbítero, porque me parece que llamo présbita al sacerdote.
- Hay el que pierde un botón y no lo encuentra, y el que lo encuentra y lo guarda y nunca lo da a coser. Los dos son unos desdichados.
- Al oír la sirena parece que el barco se suena la nariz,.
- Era tan flaco aquel lenguado que parecía la cuenta anticipada en bandeja de plata.
- En la cresta del gallo se está viendo la tijera del creador dándole los últimos cortes.
- ¡Qué silenciosos resultan en el desfile los soldados que se quedan muy lejos de la música! De tan silenciosos parece que van por un espacio espectral y sordo.
- Al servirnos una ración de jamón parece que nos sirven un bello crimen en lonchas.
- Son molestas las medicinas en cuyo prospecto nos llaman “adultos”.
- En los pianos de cola es donde duerme acostada el arpa.
- El tenedor es el peine de los tallarines.
- Las criadas se exceden en el esmero de encerar los pisos para ver si así se resbalan y se matan sus señores.
- En la Vía Láctea se agolpa el polvo fulgurante que levantaron en su camino las carrozas siderales de los grandes mitos.
- Los eucaliptos siempre tienen la camiseta desgarrada.
- Cuando el que va delante da limosna, el que va detrás no la da, como si el otro la hubiese dado por él; ley que deja muy mermado el peculio de los pobres.
- El gong es un platillo viudo.
- El péndulo del reloj acuna las horas.
- Cuando oigo decir “la tea de la revolución”, me parece oír “la tía de la revolución”.
- Lloraba de frío la noche.
- Los chalecos tiene cuatro bolsillos para hacernos concebir vanas esperanzas.
- Lo que se tira con un gesto más altivo es el papel de plata de un bombón.
- En el aparador hay confesión de cristales.
- Un tumulto es un bulto que les sale a las multitudes.
- Después de comer alcachofas el agua tiene un sabor azul.
- Hay unas pastillas de botica que nos curan, por lo menos, de la tristeza íntima de haber perdido tantos botones de la ropa interior.
- Los sordos ven doble.
- Los violinistas de café reparten lonchas de jamón de violín.
- Nos sorprende siempre ese empeño de ponernos el pijama debajo de la almohada para que no lo encontremos.
- En los hilos del telégrafo quedan, cuando llueve, unas lágrimas que ponen tristes los telegramas.
- Al sentarnos al borde de la cama, somos presidiarios reflexionando en su condena.
- Sólo hay un olor que puede competir con el olor a tormenta: el olor a madera del lápiz.
- La manera de curarse el corazón es ahorrando presentimientos.
- Sube la bandera el mástil como si fuera el acróbata más ágil del mundo.
- No sé cómo le queda la hache a nihilista.
- La carcoma con su pequeño sacacorchos va descorchando los muebles.
- –¿Porqué cuando vamos a pedir los gemelos de teatro al compañero de palco es cuando él se los lleva a los ojos?
–Porque ha visto la misma mujer. - Los gatos se beben la leche de la luna en los platos de las tejas.
- Las estrellas telegrafían temblores.
- Hay una campana que suena en el alba y que no está en ningún campanario.
- El camello lleva a cuestas el horizonte y su montañita.
- Las croquetas debían tener hueso, para que pudiésemos llevas la cuenta de las que comemos.
- No tiene importancia que el cazador mate un pichón, sino que haya matado un vuelo.
- El manco de los dos brazos se quedó en chaleco para toda la vida.
- Lo que pone más rabiosa a la ballena es que la llamen cetáceo.
- Las orquídeas tienen la lengua sucia.
- Esponja: calavera de las olas.
- La coliflor es un cerebro vegetal que nos comemos.
- La media luna mete la noche entre paréntesis.
- El que tartamudea habla con máquina de escribir.
- La ópera es la verdad de la mentira, y el cine es la mentira de la verdad.
- La fraternidad de tres pares de calcetines es conmovedora y tiene rebaja.
- Las palabras con puntos suspensivos resultan aderezadas con guisantes.
- Hay un momento en que el astrónomo, debajo del gran telescopio, se convierte en microbio del microscopio de la luna que se asoma a observarle.
- El alba riega las calles con el polvo de los siglos.
- Lo único que comen las puertas son esas nueces que las damos a partir.
- Es difícil imaginar que una monda calavera sea una calavera de mujer.
- El ruido de los pies descalzos de una mujer sobre los baldosines da una fiebre sensual y cruel.
- El que se equivoca al escribir un sobre, reincidirá una o dos veces más.
- El saltamontes es una espiga escapada que ha comenzado a dar brincos.
- Hay pensamientos pacificadores, como éste: “El sexo daría interes a un peñasco.”.
- Al oso le viene grande su gabán de pieles.
- Son más largas las calles de noche que de día.
- Hay cielos sucios en que parecen haberse limpiado los pinceles de todos los acuarelistas del mundo.
- La jirafa es un caballo alargado por la curiosidad.
- El más pequeño ferrocarril del mundo es la oruga.
- En las tormentas hay truenos sin rayos porque su rayo se ha traspapelado, y por lo mismo hay rayos con olvido de su trueno correspondiente.
- Las gaviotas nacieron de los pañuelos que dicen ¡adiós! en los puertos.
- Es conmovedor en las óperas ver que cuando lloriquea la que canta todo el coro la consuela.
- Al pasar un barco entre dos casas, parece un barco de teatro entre bastidor y bastidor.
- Las latas de conservas vacías quedan con la lengua de hojalata fuera.
- Lo que pierde al ratón es arrastrar tan largo rabo.
- En la resaca, la ola, arrepentida de haber dejado su regalo de conchas, trata de volvérselas a llevar.
- A los chorizos les cuelga una chapa de metal, como si hubiesen olvidado el quitarles la medalla del collar canino.
- El camello está siempre apolillado.
- Cuando el segundo reloj del trayecto marca la misma hora que el reloj que vimos antes, nos hemos ahorrado el trayecto.
- La luna es un banco de metáforas arruinado.
- El agua refleja en las paredes un humo de luz.
- Los socialistas son los que sólo saben que son socialistas.
- El cocodrilo es un zapato desclavado.
- Al cerrar una puerta con violencia, pillamos los dedos al silencio.
- Un paso más en la evolución del bombero, y se convertirá en buzo. ¡Pero eso tardará por lo menos diez mil años!
- La luna es el ojo de buey del barco de la noche.
- Toda la joyería se ha ruborizado. ¡La ha mirado un comunista!
- El farol cubierto por la enredadera hay un momento en que duda si es enredadera o farol.
- Los tranvías tienden a raptar a la señora que sube, dejando a pie a su marido.
- El día de “cerrada por defunción” es cuando hubiese vendido más la tienda. ¡Eso es lo que más le duele al tendero muerto!
- El pañuelo de seda es el adiós de una caricia.
- Ese niño que lleva una sandía, parece ir a dar lección de geografía.
- Los pianos de cola se abren como sigilosos cepos para cazar malos pianistas.
- Al mover el azúcar en el fondo de la taza se mueve la dulce sonrisa del café.
- Dormir contra la pared es confidenciar sueños a nichos.
- Las vacas escriben con el tintero de sus ojos el poema de la resignación.
- Donde es más feliz el agua es en los cangilones de la noria.
- El mejor destino que hay es el de “Supervisor de nubes” acostado en una hamaca mirando al cielo.
- Las hormigas llevan el paso apresurado como si las fuesen a cerrar la tienda.
- Impermeable: traje de fantasma diurno.
- Cuando asomados a la ventanilla echa a andar el tren robamos adioses que no eran para nosotros.
- La tortuga pone huevos esperando gaviotas, pero sólo le salen tortuguitas.
- Nostalgia: neuralgia de los recuerdos.
- Vinos “gran reserva” quiere decir que no dirán a nadie cómo han sido mixtificados.
- La niebla acaba en andrajos.
- El águila lleva unos pantalones que le van cortos.
- Tener una mosca cogida en el hueco de la mano es como haber pillado cautivo un murmullo o un calambre.
- La novia que regala una cartera a su novio le comienza a administrar.
- El que se ahorca espera que se rompa la cuerda, pero son tan malvadas las cuerdas que nunca se rompen en esa ocasión.
- Unid todas las estrellas con línea de lápiz luminoso y resultará la silueta de Dios.
- El dinero huele a vagabundo.
- El que sabe dormir es el que se entremete la almohada entre el hombro y la mandíbula como si fuese el violín de los sueños.
- El jabón muere en tarjeta de despedida.
- El sapo está hecho de berrugas de barro.
- La avispa es la señorita cursi de los insectos.
- Al búfalo le ha quedado la tortícolis de su primera embestida.
- Los ojos de las estatuas lloran su inmortalidad.
- Cazuela destapada muchas veces, guiso lleno de bostezos.
- Al cerrar los ojos vemos letras chinas.
- Hay frases que exigen que se las escriba sin explicaciones: “El pulpo encadenado”… “El esqueleto alegre del teatro”… “Los helechos padres de la niebla”, etc.
- El tango está lleno de despedidas.
- Lo único que está mal en la muerte es que nuestro esqueleto podrá confundirse con otro.
- Dormir la siesta es morir de día.
- El que llama a los delitos “hechos delictuosos” es uno de esos que beben “bebidas espirituosas”.
- El murciélago es el pájaro policía.
- El sueño es un depósito de objetos extraviados.
- El apuntador es un hombre al que la muerte ha dejado a medio enterrar.
- Las raíces de los árboles están cruzadas de brazos.
- Cuando es brasa el carbón se acuerda de todo, hasta de cuando era árbol verde en un mundo lleno de esperanzas.
- Exceso de fama: difamación.
- Nos aliviaríamos si comprendiésemos que morir es la última diversión de la vida.
- Pensamiento consolador: el gusano también morirá.
- Patillas: musgo de la cara.
- ¿Y si las hormigas fuesen ya los marcianos establecidos en la tierra?
- Al mar le gusta la impunidad y por eso borra toda huella en la playa.
- Los remos son las pestañas de los barcos.
- Las sillas aprovechan la oscuridad para echar la zancadilla a sus propietarios.
- Al fundirse la bombilla nos salva de una muerte que venía por nosotros.
- En el fondo de los espejos hay un fotógrafo agazapado.
- El escritor quiere escribir su mentira y escribe su verdad.
- La remolacha no se ha lavado nunca las rodillas.
- La verdadera plomada es una rata muerta agarrada por el rabo.
- El de los platillos espera, con uno en alto, la orden de la batuta para despertar a los que se han dormido.
- La lechuga es toda enaguas.
- Principio de primavera: un niño solo en todo el tiovivo.
- El proletario más salaz es ese que va junto al que guía el camión.
- Lo más difícil de digerir en un banquete es la pata de la mesa que nos ha tocado en suerte.
- Ya sé; sudario cuando es verano y mortaja cuando es invierno.
- El caracol debía tocar el trombón que lleva a cuestas.
- Longevidad: saber dar largas al cobrador final.
- “Idem” es una palabra ahorradora.
- La llave nos gasta la broma de hacer como que no es de la cerradura que es.
- El gato tiene pelo de presidiario.
- Pingüino es una palabra atacada por las moscas.
- Sólo el poeta tiene reloj de luna.
- Las espigas son langostinos vegetales.
- Los gansos andan en zapatillas.
- El ciprés es un pozo que se ha hecho árbol.
- Lo más triste cuando no se ha llegado al primer acto de una obra teatral es que cuando vamos a sentarnos notamos que nos han dado por muertos y han ocupado nuestro asiento.
- Para lo que más fuerza necesita el enfermo es para abrir el frasco de la medicina.
- La mariposa lleva a su gusano de viaje.
- La cebra es el animal que luce por fuera su radiografía interior.
- Pedales de la bicicleta: maquinillas de cortar el pelo a las distancias.
- Estamos mirando el abismo de la vejez y los niños vienen por detrás y nos empujan.
- Tenía tan mala memoria que se olvidó que tenía mala memoria y comenzó a recordarlo todo.
- Cuando metemos a una cosa un tornillo que no la corresponde, toda la vida nos lo estará echando en cara.
- Mientras nos bañamos se nos ahogan algunos recuerdos.
- Trineos: mecedoras para la nieve.
- Era un pintor tan viejo que se le habían quedado calvos los pinceles.
- Los azulejos abren el apetito.
- El acordeón tenía los pantalones rotos.
- Al oír unos pies descalzos se oye su radiografía.
- Los pinos tienen el flequillo cortado.
- Aquel despacho olía a libros malos.
- El caballo sí que es un hombre serio.
- El filósofo antiguo sacaba la filosofía ordeñándose la barba.
- Al callarse la chicharra de pronto, parece que ha habido una avería eléctrica.
- Los elefantes parece que tienen en las patas las muelas que no tienen en la boca.
- Se ve que el viento no sabe leer porque cuando pilla un libro en su camino pasa las hojas al revés.
- Las gallinas son tartamudas.
- De perder los guantes perded los dos: es mucho menos conflicto.
- El doctor preferible: “el Dr. No Está”.
- Tenía ojos de botón bien cosido.
- Ningún pájaro ha logrado sacar las manos de las mangas de las alas, salvo el murciélago.
- Lo mas terrible del perro con bozal es que no puede bostezar.
- Hay tanta gente alrededor de la jaula de los monos que parece que dan conferencias.
- El gato es una gárgola que se pasea por casa.
- Mujer madura: sus ojos ya estaban entrecomillados.
- El gato se hace el muerto para que lo dejen dormir la siesta.
- Lo que completa la mala suerte del ladrón cuando huye después de asaltar la caja es que la puerta sea de “tire” y no de “empuje”.
- Los chinos escriben las letras de arriba abajo como si después fuesen a sumar lo escrito.
- Cuando escarba el toro en la arena parece estar cavando la fosa del torero.
- Esqueleto: un ventanal al que se le han roto todos los cristales.
- Tenía una risa de caja de betún entreabierta.
- Los claveles tienen las manos frías.
- Lo malo del deseo es que vuelve sin avisar.
- Hay que inventar paraguas para los muertos.
- El sexo es sombra.
- Bidé: lira de agua.
- Cuando a las grandes locomotoras les sale una hija enana la dedican a vender cacahuetes tostados.
- Lo grave del solterón es que se va volviendo viudo.
- La nieve tiene sangre azul.
- Reuma es tener dolor de cabeza en las piernas.
- Me movía y hacía gestos frente al espejo, pero me reflejaba inmóvil. ¡El espejo se había quedado paralítico!
- Hay que ser un poco idiota en la vida, pues si no se aprovechan los demás y lo son sólo ellos.
- No saben lo que es morir ni los muertos.
- Era tan moral que perseguía las conjunciones copulativas.
- Las rosas rompen sus cartas de amor.
- Otra de sifón: hucha de suspiros.
- Genio: el que vive de nada y no se muere.
- Los remos lloran.
- La mascarilla es que nos afeiten por última vez dejándonos todo el jabón en la cara.
- El diván es una cama que no tiene pies ni cabeza.
- El Pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa.
- Escribir con lápiz es marcar sólo la sombra de las palabras.
- Sifón: agua llena de oes.
- La jirafa es una grúa que come hierba.
- Los dátiles saben a nostalgia.
- La ardilla es la cola que se independizó.
- Al caballo con freno todo le sabe a cucharilla.
- Las orquídeas son epilépticas.
- Estornudo: borrón del aire.
- Collar de perlas: dentadura postiza para la garganta.
- No se deben dejar las tijeras abiertas porque así podrán cortar el hilo del destino.
- El libro es el salvavidas de la soledad.
- El niño grita: “¡No vale!”… “¡Dos contra uno!”, y no sabe que toda la vida es eso: dos contra uno.
- La miel es un robo.
- La vida obliga a la prisa de vivir porque el pan en seguida se pone duro.
- El ombligo no oye las conferencias.
- Golf: juego para ratones que se han vuelto ricos.
- Lo que más le indigna al joyero robado es que los ladrones dejen despectivamente los estuches vacíos como si hubiesen comido mejillones.
- Lo primero que se quita la rosa es el corpiño.
- Senos: el misterio móvil.
- Nuestros gusanos no serán mariposas.
- Los termómetros mueren jóvenes.
- El femenino del “otro yo” es el “otro ya”.
- La postura de la cigüeña sobre una pata se debe a lo largas que son las esperas hasta que salen los niños.
- Meteorología: mentirología.
- Los mozos de café son de naturaleza eclipsante; siempre nos tapan lo que queremos ver o lo que esperamos.
- Las mariposas no duermen la siesta.
- Si sigue así la criminalidad de menores habrá que contruir un sillín electrocutante a semejanza del que hay en las peluquerías para los niños.
- Los nudistas llevan en la mano un diario por si llega una visita.
- El farol no tiene prejuicios.
- Uñas largas y cuidadosas: manos con langostinos.
- Grajo: palabrota con alas.
- Un tren de mercancías que pasa es el etc. etc. etc. etc. etc. en movimiento.
- A los espejos no se les olvidan los trajes a rayas.
- El loro necesita apuntador.
- Tenía un sueño con cerrojo por dentro.
- Tenía las rodillas más frías que un escocés.
- Muchas algas en la playa: el mar se está quedando calvo.
- La gacela crece tan de prisa que en seguida parece que ya le viene chico el traje.
- El lector como la mujer ama más a quien más lo ha engañado.
- El pez está siempre de perfil.
- El viento es torpe: el viento no sabe cerrar una puerta.
- En los sueños del calvo no hay sombra.
- La muerte es hereditaria.
- Cuando llueve Dios toma fotografías.
- La pulga hace guitarrista al perro.
- Lo peor al incendiarse el teatro es que se queme el cartelito de Salida.
- Al sacapuntas no le interesa sacar punta al lápiz, sino hacer tirabuzones.
- Las flores mueren en olor de santidad.
- Durante la noche, el gobierno está en crisis total.
- Lo que más le duele al árbol de los hachazos es que el hacha tenga mango de palo.
- Los andrajos son peores que los harapos porque no tienen hache.
- Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.
- ¡Y pensar que todos los de la guía telefónica un día no estarán ni en la guía telefónica!
- De la nieve caída en los lagos nacen los cisnes.
- En las cejas tachó algo la naturaleza.
- El beso es la huella de un matasellos en una tarjeta postal.
- La leche es sueño batido.
- Un jorobado parece un humorista que se burla de nosotros que no nos podemos burlar de él, porque seria innoble.
- Los tenores de ópera parecen algo más que tenores de ópera, pero no son más que tenores de ópera.
- La Q es un gato que perdió la cabeza.
- Los tubos fluorescentes padecen de epilepsia.
- ¿Qué está haciendo en realidad la luna? La luna está tomando el sol.
- El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la pretensión de que salgamos más naturales.
- Si ya ha caído el rayo, el aviso del trueno sobraba.
- No hay nada más conmovedor que la risa de una mujer bella que ha llorado mucho.
- El poeta miraba tanto al cielo que le salió una nube en un ojo.
- Lo peor de la ambición es que no sabe bien lo que quiere.
- Cuando la mujer se acerca la rosa a la nariz anhela teñirse los labios con ella.
- El perfume es el eco de las flores.
- Cuando gira el espejo del armario gira el mundo con él.
- Las moscas son los únicos animales que leen el periódico.
- Nadie ha dicho que las cosas viven: las cosas sueñan.
- El jabalí es el cerdo que defiende sus jamones.
- El libro es un pájaro con más de cien alas para volar.
- El viento se rasca la espalda en las esquinas.
- Al ver cómo se repiten trucos y mentiras en la pantalla nos preguntamos. ¿Es que los cómicos de cine no van al cine?
- El beso es un paréntesis sin nada adentro.
- El hipopótamo juega a ser submarino.
- ¡Oh, la miseria de la vida! Un duro falso nos ha enturbiado el día, como un eclipse de sol.
- La mujer mira con miedo los relojes.
- Guerra: chatarra.
- Después de nudista se es huesista.
- El otro lado del río siempre estará triste de no estar de este lado. Esa pena es de lo más insubsanable del mundo y no se arregla ni con un puente.
- Todos hemos tenido cara de payasos al enjabonarnos la cara.
- Monomaníaco: mono con manías.
- ¿Seremos un huesecito en la inmensidad?
- En la gruta bosteza la montaña.
- Cuando vemos correr un conejo parece que se nos ha escapado una zapatilla.
- Vejez: ya todas las figuras de mujer las hemos visto otra vez.
- Un cementerio es una gran botica fracasada.
- Hay unas beatas que rezan como los conejos comen hierba.
- De lo que se habla en la oscuridad queda copia en papel carbono.
- Ópera: enema fatal.
- Un político con cara de foca es un político ideal.
- Lo malo es que al final se desnuca la vida.
- Cuando anuncian por el altavoz que se ha perdido un niño, siempre pienso que ese niño soy yo.