Labiosa
Labiosa te decían
Por ser la diosa de los labios
Más sensuales jamás conocidos,
Y probados por pocos
Y por muchos apetecidos.
Tus labios purpurinos
Nos traían a todos los que les veíamos
Completamente obnubilados
Sin caer en cuenta que el letargo
Era por nuestra vigilancia disminuida
Al estar claramente hipnotizados
Por tus labios que iban y venían.
Más que hacer ante tanta tortura,
Cómo librarse de tu rojo hechizo
Cómo encontrar salida si lo que queríamos
Era entrada al mundo húmedo de tu boca
Buscando en impaciencia la fortuna
De ser uno de los bienvenidos por tu sino.
Fotografía: Ian Dooley